lunes, septiembre 26, 2011

¿ÍCARO?


Disparó al aire, por celebrar algo que ya ni recuerda. Cuando vinieron a arrestarlo por homicidio, dos años después, negó los cargos. Pero las pruebas de balística fueron concluyentes: de su 38 largo había salido la bala que mató al hombre pájaro, un mito volador que pocos habían visto hasta entonces.
-¿Ícaro?- preguntó, todavía incrédulo.
-No, Juan Carlos Gómez, viajante de comercio que creyó haber encontrado un medio de transportarse más barato y bello que andar por las rutas con su viejo automóvil.

martes, septiembre 13, 2011

NINGUNEANDO


Lo que no nombrás, no existe. 
Nada nuevo, lo saben las dictaduras cuya primera medida represiva es prohibir mencionar al enemigo. Los golpistas que derribaron a Perón en 1955 prohibieron nombrarlo, la dictadura de 1976 prohibió informar sobre acciones guerrilleras y los combatientes pasaron a ser “delincuentes subversivos”. Todavía hoy, gente que vivió aquella época con entusiasmo habla de “subversivos” cuando se refiere a compañeros masacrados y desaparecidos.
El odio, el despecho, la falta de talento, inducen a imitar esas conductas en el ámbito más doméstico y sórdido de la “competencia” literaria. Esta práctica, en un ámbito de ventas trabadas por la falta de difusión comercial, de promociones artesanales, puede herir de muerte a un libro.

El mundo tal y como lo conocemos podría desarticularse como un castillo de naipes o de arena.
Y sin embargo a muchos de los que insistimos en rearmar esos castillos con algo de belleza, nos cuesta entender que nuestros libros son, a lo sumo, unas pocas entre muchas otras cartas o puñados de esa arena mágica con la que levantamos tozudamente las ciudadelas sitiadas de la literatura.

lunes, septiembre 12, 2011

POCHOCLO


Anoche hubo en la tele interesantes debates en torno al 11-S y las teorías conspirativas. Un yanqui asilado en Argentina fue entrevistado en un canal y uno se creía su historia de camarógrafo primero contratado y luego perseguido por el gobierno de su país. En otro canal desacreditaban al yanqui y uno se creía ese descrédito, abonado por sesudas reflexiones de no menos sesudos analistas de la política internacional.
Lo que no está en cuestión, o sobre lo que parece haber cada vez mayor consenso, es que la política exterior de un imperio se construye sobre los escombros de muchas otras políticas de muchos otros países. Que este gigante cuya decadencia muchos detectan y muchos más quisiéramos que fuera cierta, camina sobre las ruinas de un mundo que él mismo destruye. Es el mismo torpe cíclope que aplaudimos desde las butacas del cine-catástrofe, ya por los efectos especiales, por el ritmo frenético de sus historias o por el bello rostro y el contundente cuerpo de la señorita protagonista.
Somos, en algún sentido y por causas que escapan a mi cada vez más menguada entendedera, espectadores de un Apocalipsis multicolor, sensurroundeado y tridimensionado al que asistimos más como ofrendas en el altar de los sacrificios que como simples espectadores masticadores de pochoclo. 

domingo, septiembre 11, 2011

MEJOR, LA MÚSICA


Y sospeché siempre que mejor la música. Con sus instrumentos, sus cuerdas y sus cadencias, con el dulce licor de sus armonías fluyendo de fuentes y de oasis al paso de beduinos de un trasiego existencial que no sólo sacian su sed sino que siguen andando en busca de otras melodías sobre las que hundir el rostro y beber.
Pero elegí escribir, o tuve ese traspié, ese pecado original, esa fundación errónea de uno mismo como la de Juan de Garay cuando creyó fundar a Buenos Aires.
Y se lo cargaron los indios antes de que pudiera imaginar que Buenos Aires sería esta Calcuta con descangayados bailarines de tango por monedas, esta París con niños garcas nazis, con piqueteros y buscavidas, con fuelles que soplan para nadie cuando ya la copa del día fue derramada y como cada noche la noche muestra sus dientes, su sonrisa de sufrida bestia en agonía.
Y apago la luz y mejor la música.

sábado, septiembre 10, 2011

CIGARRILLOS


La llama.
Quiero hablarte –le dice, cuando ella atiende: -pero en serio, que me escuches, yo también estoy dispuesto a escucharte, dame esa oportunidad, no puedo más.
Y ella: -¿Quién habla?
Pero él cuelga.
No era ella, entonces –se dice.
-¿Qué va a llevar, señor?
-Cigarrillos- le responde a la vendedora: -Salí para eso. A comprar cigarrillos.

viernes, septiembre 02, 2011

CHAU, BUENOS AIRES


¿Hasta dónde puede llenarse la copa de champán sin que deje de ser celebratoria para convertirse en expiación?
Si al alzarla se tiñe tu mano y tu brazo con tu sangre, ¿qué tomás, por quién brindás, dónde está el amor que creíste encontrar en este cabarute misterioso, clausurado hace años pero donde la gente sigue y sigue bailando sobre la misma baldosa, haciendo firuletes sobre el filo de la eterna navaja?
Chau, Buenos Aires. Nunca te juné de tan lejos, tan clavada en tu propia sombra.